lunes, 30 de noviembre de 2009

Tenemos que revivir la historia de Tijuana

“Tijuana en su reciente historia, guarda un sin número de vivencias merecedoras de recuperar y retransmitir”

Por Carlos Torres Torres
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Es Tijuana una ciudad joven, dinámica y en constante movimiento, forjada de personas talentosas, trabajadoras, creativas, con visión y por consiguiente exitosas. Como urbe estratégicamente ubicada, guarda entre sus calles recintos históricos con anécdotas dignas de revivir.

Si bien nuestra ciudad día a día crece abriéndole los brazos a miles de connacionales y extranjeros, es un hecho que en su reciente historia, guarda un sin número de vivencias merecedoras de recuperar y retransmitir. Hace algunas semanas platicando con mi amigo e historiador José Gabriel Rivera, pude identificar cómo en los años cincuenta una opción de diversión primordial y convivencia era asistir al cine.

En un gran ambiente, los jóvenes acudían a todo evento en aquellas grandes salas en la Zona Centro, eligiendo preferentemente los domingos para acudir a disfrutar de los estrenos, por lo que sin lugar a duda fue el Cine Bujazán el predilecto.

El Cine Bujazán, cuenta Gabriel Rivera, fue considerado como el cine más grande y elegante de su época, se decía que era la sala de espectáculos de mejor nivel en el norte del país. Creación del gran empresario Miguel Bujazán Petro quien llegó a Tijuana en 1921, pero se estableció de manera formal en nuestra ciudad en los treinta, tuvo la visión de ofrecer a la comunidad, una manera más de divertirse.

Con un costo de 3.5 millones de pesos y con personalidades como Pedro Vargas, Fernando Soler,Libertad Lamarque, Miroslava, Ernesto Alonso, Alicia Caro, Sara Montes y Los Costeños entre otros, se le dio vida al cine Bujazán. En su creación, (registraron los medios de aquella época), se consideró la construcción de un de cine de categoría, digno la ciudad. En julio de 1951 fue la inauguración oficial con la presencia del gobernador, licenciado García González.

El Cine Bujazán no sólo proyectó películas, también fue escenario para obras de teatro, informes de gobierno, festivales y diversas actividades musicales, entre otras.

Hay que revivir estas historias, que hablan y perfilan los valores de una ciudad forjada en el espíritu del crecimiento, la cultura y la convivencia; el Cine Bujazán es un recinto testigo del desarrollo y transformación de nuestra ciudad, un edificio que recuerda el esfuerzo de fundadores y visionarios de Tijuana. Revivir la historia es también revivir la identidad.

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